Entrasteis en nuevas etapas de
desarrollo, pero aún cargáis con residuos kármicos que requieren de vuestro trabajo interior en un nuevo
sentido. Nos referimos a la ARMONIA.
Trabajar para el logro de la armonía
interior corresponde especialmente a la tercera fase del TRABAJO INTERIOR. Aunque aquí la enunciamos como tercera fase,
vemos y sabemos que muchos entran al trabajo
interior por esta puerta como si fuese ‘la primera’, comenzando con el
aprendizaje de técnicas y métodos que
ayudan a la armonía física, psíquica y espiritual. Aquí, en este paraíso de posibilidades,
encontramos muchos métodos y prácticas que existen entre vosotros que son muy
útiles para desbloquear, reactivar, armonizar y sanar integralmente los cuerpos
del hombre. Aquí están talleres de toda
clase con el propósito de sanar y armonizar, distintos métodos donde se utiliza
la imposición de manos para irradiar, y también los sistemas de curación cada
vez más aceptados por la ciencia, como la homeopatía, terapias florales,
acupuntura, etc., etc., etc.
Como dijimos, a esta tercera fase
entran muchos como primera instancia, inclusive antes de la AUTOOBSERVACIÓN y
la CLARIFICACIÓN CONCEPTUAL, pero aquí está en tercer lugar, porque las dos
primeras son más importantes aún que la tercera. Esta tercera fase es igualmente muy
importante, ya que ayuda a moldear y amalgamar las energías internas con las
nuevas energías entrantes al campo magnético planetario y humano. Tan importantes son que podéis ver cómo se
sostienen y transmiten con el DHARMA de muchos hermanos que sienten dedicar sus
vidas a tales funciones.
El Sol en ellos ha propuesto, dentro
del Plan Mayor, que muchos se enfilasen en dichas actividades, las cuales
pertenecen a esta tercera fase del trabajo interior, porque muy importante es.
Así también, podemos ver, que otros
hermanos dedican sus vidas a las actividades pertenecientes a la primera fase,
o a la segunda fase del trabajo interior,
propuesta por la Jerarquía Espiritual para el hombre de superficie.
Llamamos aquí “hombre de superficie”,
al hombre que viviendo en la superficie planetaria, vive aún análogamente, en
una consciencia ‘superficial’ con respecto a la vida y a su ser.
A medida que los hombres “profundizan”
a través del trabajo interior se acercan más a una consciencia diferente, lo
cual los prepara para pasar de ser “hombres de superficie” a ser “hombres de
interioridad” u “hombres del interior”.
Tal es la analogía y símbolo que puede ser comprendido también al hablar
de “las civilizaciones intraterrenas”.
Muchos humanos ‘de superficie’ se están preparando, a través del trabajo
interior, para poder acceder a una nueva vida en estas civilizaciones
‘internas’. Así mismo, otros hay, que
siendo seres intraterrenos, han accedido a ser parte de la vida de superficie,
para sembrar consciencia solar, amor y despertar en y entre los hombres.
Las tres fases descriptas hasta ahora como
TRABAJO INTERIOR se relacionan y vitalizan una a la otra. Meditad en ello.
PAZ EN LOS CORAZONES