El Perdón es un aspecto de
fundamental importancia en el “Trabajo de la Conciencia” y el consecuente
avance del alma hacia una promisoria condición vibracional.
ElAnclaje de Energías solares y cósmicas en la Tierra ha estado
modificando la energía del planeta en dirección a una elevación vibratoria
global. Esta “Tarea Cósmica”, llevada adelante por grandes Inteligencias
solares arquetípicas, ha encontrado colaboradores humanos capaces de
transformarse en “puentes de anclaje”. Estos ‘humanos’ han aceptado en sus almas
tal misión antes de encarnar, o, mejor dicho, antes de descender a la Tierra
para su peregrinaje ministerial. Son “almas-puente” sincronizadas con las
Inteligencias Solares y con el Núcleo Solar Interno de la Tierra.
Debido a esta Tarea de Anclajes
Solares, con la consecuente elevación vibracional global, la Humanidad junto a
todos los demás reinos de vida, ha sido afectada energéticamente, repercutiendo
en movimientos purificadores evidenciados como “crisis” en diferentes áreas del
quehacer y el saber humano, removiendo añejas estructuras psicológicas y
culturales negativas que han afectado por milenios al Alma Humana.
El ser humano comienza a darse
cuenta, a partir de los heterogéneos y persistentes escenarios de “crisis”, de
los puntos débiles en la conciencia humana, así como de la necesidad de rever
estructuras de creencias que hasta hoy permanecían como “callosidades”
astro-mentales en el subconsciente colectivo.
Las almas más adelantadas reciben
los efluvios de las entrantes energías crísticas entrantes volviéndose más
independientes y creativas, sintiendo alejarse de movimientos organizados
alrededor de creencias dogmáticas e ideales sectarios. Las organizaciones e
instituciones religiosas se van volviendo cada vez más innecesarias y
prescindibles a medida que un mayor número de almas “despierta” del sueño
psicológico del miedo y la dependencia, y, valiéndose por sus propios medios
reflexivos, hoyan el sendero interno de la conciencia “con sus propios pies”…
Dicho en otros términos: “el hombre corta el cordón umbilical con los
‘autoritarios dogmas’ y comienza a pensar por sí mismo, sin miedos ni
supersticiones”.
Las energías suprafísicas entrantes al
planeta producen, a través de las conexiones de Anclaje Solar, una repercusión
vibratoria constante en el Cuerpo Planetario, a manera de “diapasón vibrante”.
Ese es el método o proceso, el cual
esclarecerá al reflexivo e imaginativo pensador.
EL PERDÓN es, en el escenario planteado, de vital
importancia para la Humanidad (y también para el Planeta, por su relación e
implicancia), debido a que las energías de constante elevación vibratoria no
pueden hacer su trabajo ascensional en el templo humano de alguien aferrado al
pasado. El Perdón libera al hombre del pasado de dolor, limpia los centros
plexo solar y cardíaco, y permite así el establecimiento en el aura humana de
las energías crísticas que circulan ya por el aura planetaria. De esta manera
el hombre se convierte en “un punto focal de luz” en la Red de Luz Planetaria.
De lo
contrario, quienes mantengan en sus cuerpos y chakras las densas energías del
dolor entendidas como ira, rencor, odio, violencia, celos, envidia,
engreimiento, etc., no podrán elevarse energéticamente junto al planeta en su
encumbrado ascenso hacia la Luz Espiritual, y en lugar de formar parte de la “Red de Luz”, serán parte de la red del
‘dolor global’ o “Egregor Masivo Planetario”.
Quienes mantengan en sus cuerpos y
chakras las densas energías del dolor entendidas como ira, rencor, odio,
violencia, celos, envidia, engreimiento, etc.,
no podrán elevarse energéticamente junto al Planeta en su gran ascenso
hacia la Luz.
Todo este “movimiento ascensional”
es progresivo y cada reino de vida en el planeta deberá poder ajustarse a los
necesarios cambios a los que el progreso obliga para subsistir. Las especies y
formas de vida que no puedan adaptarse a estos procesos de escalonado avance espiritual
entrarán en un proceso inverso al ascenso, es decir, en un proceso de
retrogradación de las energías. Ya se ha explicado que, al final de los ciclos,
lo que no avanza retrocede en forma de debilitamiento y deterioro hasta
desaparecer, obedeciendo a las Leyes de la Naturaleza. Así aconteció con las especies de vida que se han
extinguido tantas veces en la Tierra al no poder superar ‘la crisis de
adaptabilidad’ requerida evolutivamente, y apareciendo en su lugar otras
especies de vida más a tono con los nuevos ciclos nacientes…. Esto ha ocurrido
siempre en cuanto a las formas vivientes biológicas. Pero en cuanto a “la
conciencia”, la cual, como enseña la
teosofía, va transmigrando a través
de las formas materiales creadas evolutivamente, ocurre algo similar, aunque no
exactamente igual a como sucede en la Materia. La coincidencia está en que, en
ambos niveles de la existencia, en la vida física de las especies y en el plano
suprafísico de “la conciencia”, hay EVOLUCIÓN, progreso, pero existe una diferencia:
Mientras las especies biológicas, ya cumplido su ciclo, decaen y desaparecen
(dando paso a nuevas especies), “la conciencia”, en cambio, jamás retrocede o
desaparece, sino que siempre avanza (excepto en excepciones que pueden
acontecer en cierta etapa de la evolución del alma humana, que algunos han
llamado “segunda muerte”(1) ). Es
decir que, mientras las especies biológicas aparecen, se
desarrollan, y desaparecen, ‘la
conciencia’ avanza inexorable e interminablemente ocupando, en seguidilla,
los ‘vehículos’ o ‘envases materiales’ de las especies, recogiendo las
experiencias que de cada forma viviente pueda obtener. La conciencia
siempre avanza, aunque puede entrar en grandes “pausas”, es decir, en reposos o
descansos a veces extensos, esperando un siguiente ciclo evolutivo promisorio
para seguir avanzando a través de las nuevas formas de vida.
Según estos conceptos puede
entenderse que la conciencia en el mineral encontrará siempre los cauces para
avanzar hacia el siguiente escalón evolutivo en el reino vegetal, para, después
de eones de tiempo de experimentación en este reino, encontrar un puente para
pasar al reino animal y comenzar a recoger las nuevas y ricas experiencias que
ese reino de vida pueda ofrecer. Cuando la conciencia finalmente llega al reino
humano y afianza el ‘cuerpo causal’, se convierte en “AUTOCONSCIENCIA” y
comienza allí una nueva travesía.
La etapa humana de la conciencia es
“el
punto de llegada” de una larga travesía, de millones de millones de
años, a través de los reinos
infrahumanos o ‘reinos menores’ de vida, y es, a la vez, “un punto de partida” para
escalar, en forma de “CONCIENCIA AUTOCONSCIENTE”, hasta alturas insospechadas.
En la actual 5° Raza, la rueda
evolutiva ha girado ya varias veces en torno a la experiencia de la
AUTOCONSCIENCIA, y esto está sincronizado con el proceso del despertar de la
Vida Planetaria como un todo.
A esta Vida Planetaria, en su
conjunto, es decir, la vida de todos los
reinos como unidad, se le ha llamado GAIA; y en la actualidad la Humanidad más
adelantada en conciencia expresa, en su conjunto, “la autoconciencia de Gaia”.
Lo dicho es un concepto para ser meditado y reflexionado.
En este concepto se evidencia
claramente la estrecha relación ‘esotéricamente simbiótica’ entre ‘el Alma de
la Humanidad’ (en su expresión más avanzada, es decir, “todas las almas
iniciadas en distintos grados”) y ‘Gaia’, la Conciencia Planetaria, pudiéndose
deducir que:
“La Iniciación Planetaria está
estrechamente vinculada al desarrollo iniciático global de la Humanidad”.
Es por este motivo que hablamos de
la importancia del PERDÓN, debido a que cuanto
mayor sea el número de almas que se liberen de las trabas que impiden el avance
hacia “la iniciación espiritual de la conciencia”, mejor avanzará Gaia hacia su
próxima Iniciación.
Cuantas más almas humanas se sumen
al entramado de luz espiritual planetaria, liberándose a través del Perdón y el
Trabajo Interno(2), más fácil y dócil
será el paso del presente ciclo racial y planetario al siguiente.
Mediten en lo expuesto y revelado.
En Luz y Paz Solar:
Conserje de Luz Planetaria
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1. Segunda
muerte: Para comprender esta importantísima y
pavorosa cuestión, sobre la cual tan diversas opiniones se han omitido, hay que
recordar primero algunos puntos capitales. Sabido es que Manas (mente) es dual: su porción superior tiende a elevarse hacia Buddhi, mientras que la inferior gravita
hacia abajo, hacia los principios inferiores y más materiales. Estas dos
porciones se hallan unidas por el Antakarana,
canal de comunicación entre el Manas
inferior y el superior, o sea entre el ‘ego humano’ (o alma humana) y el ‘Ego
divino’ (o Alma divina), que son dos durante la vida humana (aunque el ego
inferior sea ilusorio y el Ego superior verdadero) para convertirse en un solo
Ego en el Devachán o en el Nirvana. Por medio de este puente se
transmiten al Ego superior las emanaciones más nobles y espirituales del alma
humana personal, las únicas que sobreviven (de todas las energías de la
personalidad humana), y solo introduciéndose así las nobles energías del yo
personal en la Mónada, fundiéndose la naturaleza moral con el Ego divino, es
como el ego personal adquiere inmortalidad. Por el contrario el ‘alma kámica
humana’ (kama=deseo), es decir el
alma personal de un ser humano envilecido y perverso, que nunca ha tenido otros
pensamientos que los relacionados con el yo animal, no teniendo, a la muerte
del cuerpo, nada que transmitir al Ego superior, ni cosa alguna que añadir a la
suma de las experiencias de pasadas encarnaciones, esta alma personal,
encontrando roto el puente que une a Manas
inferior con el superior, queda separada del Ego divino (de la Mónada o Chispa)
y condenada a sobrevivir como entidad aislada, como “cascarón vacío” de
conciencia verdadera o “sin alma”, y esta separación es para siempre (hasta que
se disuelva lo inferior), a menos que, mediante un supremo y definitivo
esfuerzo, consiga el hombre establecer de nuevo el puente de comunicación entre
el ego inferior y el Ego superior. Cuando la reconexión entre manas inferior y
superior no ocurre, el ego inferior se va aniquilando gradualmente, pero esto
no significa simplemente discontinuación de la vida humana en la Tierra, sino
que, las energías de la psiquis inferior se reagrupan y encuentran la forma de
reencarnar en la tierra en una criatura aún inferior y más abyecta, y estas
reencarnaciones se repiten en forma de seguidilla, cada vez con mayor
degradación, hasta alcanzar, en algún momento, la disolución, aunque si
encuentran la forma de proveerse de la energía vital de otros, pueden perdurar
por tiempo incalculable. A estas criaturas, ya desprovistas de cualquier hálito
de conciencia, la literatura medieval les ha dado el nombre de ‘vampiros’.
(Hasta aquí, conceptos del Glosario Teosófico).
Explicado el tema algo más técnicamente se puede decir
que, cuando el Cuerpo Causal o cuerpo mental superior, (el vehículo o ‘la
matriz’ de lo que será más tarde el nacimiento del Ego divino), está todavía
casi ‘transparente’ al final de un ciclo racial humano (es decir que no
contiene los ‘colores’ de las cualidades que otorgan las experiencias que darán
nacimiento al YO autoconsciente), entonces, por Ley de Economía, la Mónada o
Chispa Divina se retira de ‘la burbuja mental superior’ que había sido
manifestada como receptáculo para las energías de las experiencias, y la
disuelve. Esta “burbuja de materia mental” es el alma humana o alma individual,
la cual, al no absorber cualidades positivas para el desarrollo de la
conciencia causal, (debido a que la persona humana, ‘una tras otra’, nada han
aportado en cualidad), termina disolviéndose al final del ciclo, liberando así a
la Mónada o Chispa, la cual formará, en algún ciclo futuro, una nueva “burbuja manásica”, cuando las
condiciones favorezcan tal evento; pero hay que entender que cuando la Mónada
pierde el alma individual, que tanto trabajo costó llegar a gestar a través de
la evolución infrahumana, esto significa haber perdido una preciosa oportunidad
y significa tener que ‘comenzar de nuevo’… Por eso se dice que, la “segunda
muerte” o muerte del alma humana (o disolución de la ‘burbuja mental
individual’), debe ser evitada, y la forma de hacerlo es desarrollando la
conciencia, con el sentido de la ética y la creciente adquisición de
comprensión. “La salvación de las almas”, frase corrientemente empleada en el
cristianismo, tiene que ver con este tema, que aquí se explicó desde un punto
de vista esotérico.
Estas fueron aproximaciones conceptuales a un tema que
requiere de minucioso estudio teosófico para esclarecerlo más plenamente, pero
lo dicho aquí es suficiente como guía de estudio.
2. Trabajo
Interno: ‘El
Trabajo del alma’, el cual consta del desarrollo de facultades y fortalezas de
la conciencia hasta alcanzar la cumbre de la Sabiduría. “Los Trabajos de
Hércules” son alegorías sobre este tema. Véase http://alma-hercules.blogspot.com.ar , de esta Escuela Interna.
Lo siento, perdóname, gracias, Te Amo. Aunque me agobie el cansancio, el temor, la duda y el orgullo, continuaré buscando, venciendo el temor y la duda y doblegando mi orgullo y para continuar te necesito, necesito tu mano que me sostenga, me de fortaleza y me guíe. Lo siento, perdóname, gracias, Te Amo...
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